En lo más alto de nuestros árboles, donde las ramas parecen desafiar la gravedad, existe una técnica, para muchos desconocida, que combina destreza, conocimiento y valentía. Es la poda en elevación.
Pero, aunque sea una tarea ignorada por muchos, cada vez proliferan más los cursos de poda en altura. Y es que, para realizar esta práctica se requiere de cierta formación y especialización. Está considerado como un trabajo de riesgo pero, como otras muchas actividades que se realizan en el cielo, también son bellas y apasionantes.
Para los que amamos la naturaleza y la jardinería, consideramos esta técnica como un arte que, además, sirve para prolongar la salud de la especies arbóreas y mejorar la seguridad de las personas que viven o circulan en ese entorno.
Así, si las ramas de los árboles de tu vivienda, comunidad de vecinos o la zona en la que vives, las ves muy frondosas, enredadas, en mal estado o, incluso, invadiendo a otras propiedades o impidiendo la vista, posiblemente requieran de un trabajo de poda en altura.
Qué es la poda en elevación
La poda de árboles en altura es una práctica utilizada, desde hace muchos años, para recortar, dar forma y mantener los árboles que se encuentran a una altura considerable, como los ejemplares más altos ubicados en los parques, jardines, calles o bosques.
En función de estado de los árboles y el entorno donde se encuentran, se pueden recurrir a técnica de poda u otra. Cada una de ellas buscan objetivos diferentes.
Por qué se suele podar la parte alta de los árboles
Vamos a centrarnos en los tipos de poda en altura más habituales según su finalidad:
Poda de formación
Se realiza en árboles jóvenes y tiene como objetivo moldear su estructura para asegurar un crecimiento equilibrado y una forma adecuada. Durante esta poda vertical se quitan las ramas mal ubicadas, débiles o cruzadas, de manera que se promueva un desarrollo óptimo del ejemplar. Es una labor similar a la que se realiza en la poda de arbustos, pero teniendo en cuenta la altura de la especie.
Poda de mantenimiento
Es habitual en especies maduras para asegurar su buena salud y estructura. Así, se eliminan ramas muertas, enfermas o debilitadas para mejorar la circulación de aire y luz en el interior y prevenir enfermedades y plagas.
Poda drástica
Se lleva a cabo en casos extremos, como árboles dañados o que representan un peligro. Esta poda implica la eliminación significativa de ramas o, incluso, la reducción de la altura del árbol.
Poda de rejuvenecimiento
Se realiza en ejemplares viejos o enfermos para estimular su regeneración y prolongar su vida útil, mediante cortes estratégicos que fomentan el crecimiento de ramas nuevas y saludables.
Reducción de copa
Con esta técnica se controla el tamaño de los árboles, manteniendo su forma y estructura natural, pero disminuyendo su envergadura. De esta forma se evita que interfieran con cables eléctricos, edificaciones u otros elementos cercanos.
Principales beneficios de la poda en altura
Todas estas diferentes acciones de poda consiguen las siguientes ventajas:
- Fomentar la salud del árbol ayudando a que los recursos del mismo se concentren en el crecimiento de ramas y hojas sanas.
- Promoción de un crecimiento adecuado, equilibrado y estructuralmente sólido, ya que las ramas no se estorbarán unas a otras o se cruzarán.
- Reducción del riesgo de caídas de ramas para evitar posibles daños a estructuras, vehículos y personas, sobre todo, en zonas donde hay tráfico de peatones o vehículos.
- Mejora de la estética y el paisajismo del entorno. Esto es importante en parques, jardines y áreas públicas donde se busca crear un ambiente agradable y cuidado.
- Mejora de la iluminación en las áreas sombreadas.
- Mayor visibilidad para disfrutar de las vistas panorámicas o las urbanas en el caso de los árboles colocados a pie de calle.
Cómo es el trabajo de un trepador o podador de árboles
La poda en altura requiere habilidades técnicas, conocimientos específicos y una atención meticulosa para garantizar la salud y la seguridad del árbol, así como la de las personas y las propiedades cercanas.
Por tanto, un podador profesional necesita formarse en la materia con diferentes cursos especializados, que junto con la experiencia acumulada en cada trabajo y en cada árbol, puede saber cómo afrontar el siguiente reto.
Estas son las principales cualidades de un podador de árboles en altura:
- Tiene conocimientos sobre la anatomía de los árboles, su crecimiento, enfermedades y necesidades específicas.
- Sabe utilizar equipos especializados, como plataformas elevadoras, grúas o arneses de seguridad.
- Conoce distintas técnicas de escalada, ya sea con cuerdas y arneses, o trepando a mano, para acceder a las partes altas del árbol, y combinarlas con sus dotes de poda con sierras, tijeras o motosierras.
- Puede identificar fácilmente ramas muertas, enfermas o dañadas.
- Después de realizar las podas, también se encarga de la eliminación adecuada de las ramas y residuos del árbol.
- Ofrece asesoramiento sobre el cuidado adecuado de los árboles, incluyendo recomendaciones sobre riego, fertilización y prevención de enfermedades.
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Como expertos en servicios de poda y tala, en Jardinería Grupo Hidalgo contamos con personal capacitado y con experiencia en el manejo de los utensilios necesarios para realizar una poda en altura de forma segura y eficaz.
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Estamos siembre en continua formación, por lo que nuestros especialistas cuentan con diversos cursos de poda en altura para mejorar sus técnicas de recorte.
Como nuestra sede está en Móstoles, en Grupo Hidalgo damos servicios principalmente en la zona sureste de la región madrileña, pero al ser trabajos más específicos y que no ofrecen todas las empresas de jardinería, también damos cobertura en otras localidades de la comunidad y pueblos de Ávila o Toledo.
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